Encontrar al Padre es comprender Su grandeza, gloria y sobreabundante amor. Es llevar ante Él nuestras peticiones como lo haría un niño.
Cada vez que oramos confiadamente a Dios Padre, nos acercamos más a su corazón, y así nace una íntima relación de amor con Él, entonces Sus ojos paternales velan hasta por el más pequeño detalle de la vida de los suyos.
“Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre” Juan 14:13
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